Sara Correa

Sara Correa

Sara Correa

Junto a quien desconozco al miedo

Junto a quien desconozco al miedo

Junto a quien desconozco al miedo

La mirada de una pulga hacia otra pulgota.

 

Arturo es sin duda alguna, ese amigo y compañero que soñará contigo y te acompañará en el proceso de cumplir tus aspiraciones. Es uno de los lazos más fuertes que me deja la Universidad y uno de los artistas con los que con certeza quiero compartir escena, trabajo artístico y vida. Es bailarín e improvisador, pero sobre todo lo que yo resalto de Arturo es que es un ser soñador, visionario. Tiene una gran pasión y muy buen ojo para la composición y dirección. Su admiración por el movimiento es impresionante y es ello lo que le permite volarse e imaginar escenas, personajes, coreografías, vestuarios, sensaciones, espacios. Toma su tiempo para observar, para fijarse en el detalle y es allí donde encuentra lo más valioso del arte danzado y el arte de la imagen. Además, es un artista con un perfil bastante abierto. Tiene mucha facilidad para la producción y gestión de los proyectos en los que participa y se distingue por su talento en el maquillaje y en el diseño de imagen. Su insistencia y cuidado en el detalle le permite y garantiza siempre realizar trabajos de gran calidad firmados por su toque personal.

Conocí a Arturo cuando yo estaba cursando segundo semestre. Él era de un semestre más arriba y lo guardé en mi memoria porque lo pillé varias veces espiando mis clases por la ventana. Desde entonces supe que era una persona inquieta con ganas de moverse, crear, bailar. Su energía siempre se irradia a kilómetros de distancia, por lo que sin conocerlo supe que era un ser de mucho impulso, fuerza, alegría, y lo más bonito es que todo eso lo comparte y lo contagia a todos aquellos que lo rodeamos. Con Arturo he podido lanzarme sin miedo a las ideas locas, a las propuestas que a veces pueden parecer complicadas, y todo eso porque él es sin duda un colega de soporte, que empuja y aporta para que todo pueda darse siempre y entre todos podamos permitirnos soñar con cosas grandes.

Cuando comenzó la virtualidad en el 2020 Arturo y yo tuvimos nuestra primera clase juntos, Repertorio de la danza, fue realmente impresionante, como incluso desde una pantalla era capaz de darle mas energía y movida a la clase. En esta asignatura no compartimos mucho directamente, pero recuerdo haber pensado que Arturo era un estudiante enfocado e interesado por el aprendizaje, sus entregas siempre fueron muy buenas y de gran información. Mas adelante nos encontramos en la Técnica de Danza contemporánea introducción con los maestros Leonardo Girón e Hilse León y en el Laboratorio de danza improvisación con la maestra Olga Cruz, en donde consolidé una gran amistad con él. Allí pude ver de cerca un proceso consciente y comprometido como es el de Arturo con su propia danza y sus preguntas de investigación. Arturo es un artista que todo el tiempo está cuestionándose creativamente sobre su proceso, el de sus docentes y el de sus pares. Recuerdo mucho nuestras conversaciones después de clase. Desde entonces pasamos varias tardes conversando sobre nuestras investigaciones personales y cómo el desarrollo de cada clase nos permite ampliar nuestra mirada sobre la danza, las artes y la escena. Tiene un gran interés por llevar a su vida profesional cada herramienta que se le ha brindado en el lugar académico y de estudio. Como dije antes, es una persona visionaria que siempre está viendo más allá de lo que se le presenta. Disfruto mucho escuchar sobre sus análisis de cada clase, sobre los cuerpos y sobre la imagen que con ello compone.

En el último semestre compartí con Arturo las clases de Técnica de danza contemporánea con el maestro Yovanny Martínez y el Ensamble de danza con el maestro Arnulfo Pardo. Para mí, compartir con él ambas clases fue muy hermoso, porque siendo el último semestre de los dos, pude reconocer cómo ha sido nuestro crecimiento tanto técnico como artístico, creativo e interpretativo después de cinco años de carrera. He tenido la oportunidad de acompañar su proceso desde un ojo externo y como su amiga/colega exigirle, así como él lo ha hecho conmigo y en donde nos hemos ayudado a crecer para explorar profundamente nuestra danza hacia un lugar expresivo y consciente.

Ahora compartimos proyectos juntos y tengo la fortuna de poder apoyar las ideas creativas de Arturo desde el lugar coreográfico. Con otras compañeras de carrera estamos convergiendo para crear una idea que dirige Arturo y de esta manera puedo confirmar y reafirmar que, sin duda alguna, él es un artista con potenciales increíbles para la dirección y la composición escénica.

Ahora lo que mas espero es ver a mi amigo y colega volar alto, que viaje sin miedo para seguir persiguiendo sus sueños, complete la maestría que tanto desea hacer y mas adelante nos volvamos a encontrar para poder aportar desde una mirada amorosa a la danza de nuestro país.

La pulguita, Sara.